ALBERTO ACUÑA ARAYA.
¿DE DONDE VENGO, DÓNDE ESTOY Y HACIA DONDE VOY? El papel de los que llamamos amigos. Una sinopsis.
Amigo: haz uso de una de las grandes virtudes que te ha dado Dios. Ese Dios en el cual tú crees, LA LIBERTAD. Como por ejemplo libertad para continuar leyendo o no. Que preciada virtud. Y eso conlleva a la elección. Una característica que ni los mismos seres inmateriales que se les llaman ángeles la tienen.
Efectivamente, lindo
día para pensar, pero pienso, no es también un lindo día para actuar, pero no
para ese actuar de cine, de telenovela o teatro. No, es lindo día para actuar
la vida, esa circunstancia tan particular que tenemos HOY, no ayer, ni mañana.
Pensar primero y actuar después (¿tendrás tiempo?).
Eso que nos lleva a
tres preguntas claves de la existencia humana. Y aunque quisiera evitarlo no
puedo. No puedo obviar a filósofos existencialistas como Sören Kierkegaard u Ortega
Y Gasset; aquel que dijo una vez “YO SOY YO Y MI CIRCUNSTANCIA”. Pero para ser sincero no quisiera teorizar
sobre la vida, sería algo muy banal. Pero si a las tres preguntas claves en la
vida de todo ser humano; ¿DE DONDE VENGO?, ¿DÓNDE ESTOY? Y ¿HACIA DÓNDE VOY?
Bueno yo me las he hecho infinidad de veces y para los que me conocen saben el
¿Por qué? Pero vamos al punto, ante esa disyuntiva hemos buscado a un amigo o
amiga. Pero no para que me solucione mi situación, sino para que coadyuve a
encontrar mis propias respuestas. O le hemos extendido la mano a alguien para
colaborar con él o ella a encontrar su propio camino.
Amigos hasta donde
llega mi orgullo o “falso orgullo” para no expresar lo que pienso, lo que digo,
lo que hago. Será que esa misma particularidad nos hace creer que somos
auto-suficientes. Autosuficiencia que lleva consigo el orgullo y la vanidad. Y
yo me pregunto quién ha logrado algo con su orgullo o su vanidad (pero “ojo”,
hablo de algo importante, no hablo de banalidades y trivialidades) alcanzar
esas preciadas metas que nos planteamos algún día y lograrlas. A cuantos
obstáculos me enfrente y cuantos tropiezos me llevé, y tuve el suficiente
autoconocimiento para pensar que yo era un ser limitado y que necesitaba de los
demás para salir de ese profundo abismo donde estaba sumergido. Decía Friedrich
Nietzsche filósofo, poeta y filólogo alemán que “cuando nos quedamos mirando
mucho tiempo el abismo, llega el momento en que ese mismo abismo nos está
mirando a nosotros”. En lo personal, pienso en que será mejor solamente verlo,
y pasar de largo, porque como en mi caso me quedé mucho rato mirando y no sólo
me miró sino que me absorbió y no es
fácil salir de un abismo, cualquiera que este sea. Pero amigos aquí viene la
“perla”. Y la encontré en el Dios en el que yo creo, mi familia y algunos
amigos (y digo algunos, porque no todos
en realidad son amigos). Solamente haciendo a un lado ese orgullo estúpido o
falso orgullo. Ahí descubrí que necesitaba de alguien, y ese ALGUIEN era DIOS
(que vive en mi, y aunque no soy
fanático, respeto las creencias de todos y cada una de las personas con las que
me relaciono), y cada cual tiene su forma de llegar a Dios, mis padres, mis
hermanos, y algunos de mis amigos. Y aquí estoy, pero amigos esa es una
perspectiva. Y creo que hay que aceptarla y asimilarla a cabalidad, sino estaré
engañando a los demás y lo peor engañándome a mí mismo.
La otra perspectiva,
tal vez es un poco más seria, aunque no lo parezca. Esa es cuando alguien
extiende su mano pidiendo ayuda o un poco de comprensión, porque solo no pudo
dar respuesta a esas tres interrogantes que planteaba al principio. Pero
cuidado en algunos casos este tipo de personas se presentan como humildes
necesitados (de amor, comprensión, cariño o compañía), y digo cuidado porque
hay un aspecto triste de la existencia, “la falsa humildad” y esa es un
elemento hija del orgullo y de la soberbia. Es un disfraz tan difícil de
identificar a veces, que cuando menos te das cuenta vos sos el necesitado y no
este o aquel. Ante su debilidad emocional y falta de energía psíquica lo que
quieren en última instancia es robarte tu propia energía positiva. Por eso, si
alguien no te pidió ayuda o consejo, mejor no hay que involucrarse, pero si
alguien recurre a vos extendiendo su mano y solicitando tu ayuda o consejo no
lo dudes. Ese sos vos mismo en otro tiempo y espacio (aunque en lo personal
prefiero la palabra sugerencia que consejo). Y en estos casos, hay que recordar
aquella frase, bíblica por cierto, que un ciego no puede guiar a otro ciego,
porque los dos terminarán en el mismo abismo. O sea, no es cuestión de pasar tu
energía, (la que te a costado tanto, a veces) como ocurre con un automóvil
cuando se le baja la batería y llega otro conecta los cables y se da una
transferencia de energía y eso es todo. Pero la realidad es que el amigo de la
batería baja adquiera una batería nueva y no seguir llamando a los amigos para
que lo recarguen y así “ad infinitum”. Porque donde queda el efecto que se le
produce al otro automóvil. Es imperceptible pero ahí está. Por eso amigos
pensemos una cosa “nadie puede dar lo que no tiene” como nadie va a dar lo que
no quiere dar, no insistamos. Dios y los que te aman están ahí. Es más, Dios no
necesita el amor nuestro para sobrevivir, imagínense un dios que necesite de
nuestro amor para sobrevivir, que clase de dios sería ese, y con respecto a
esto ese Dios en quien creemos lo único que nos pide es que nos dejemos amar. Qué
lindo eso imagínense, que la persona a quien amamos lo único que nos pida es
que nos dejemos amar por ella. Eso sería genial, pero como siempre, ese tipo de
elementos terminan absorbiéndolo todo y nos dejan como decimos, con una mano
adelante y otra atrás. Y yo no creo como mucha gente dice, es que somos humanos
y cometemos errores. Amigos esa es la excusa más antigua y extendida por todo
el mundo. Es lo que yo llamo “la excusa universal”. Y por ahora, para terminar,
nunca esperes algo cuando das y tampoco des cuándo te han ayudado. Eso a la
larga terminaría convirtiéndose en mero interés o compromiso. Y así no funciona
la vida.
PD: “Creo que el mayor
pecado que podemos cometer en la vida es generalizar, por eso nunca
generalizo”. Generalizar no es un acto de justicia. Es un acto de
discriminación.
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