sábado, 15 de octubre de 2016

VIOLENCIA CONTRA LA MUJER








   VIOLENCIA CONTRA LA MUJER

Alberto Acuña Araya

Dedicado a mis hermanas, primas, amigas y a todas aquellas mujeres que han sufrido este flagelo.
Algunos dirán, pero hoy no es el día contra la violencia domestica y precisamente por eso lo hago.
Gente, quisiera entender una cuestión y ustedes me ayuden a comprenderla, como es que dan casos de violencia doméstica y acoso laboral contra la mujer, en su mayoría, los 365 días del año y solo un día se le tenga ´presente, sino, vean los medios de comunicación se rasgan las vestiduras cuando una mujer es victima de violencia, hasta la muerte, el asesinato. Luego como decían nuestros abuelos "si te vi no me acuerdo". Y aquí partiremos no solo de la violencia física, sino psicológica, emocional tanto en el campo familiar como en el laboral.
LA VIOLENCIA DOMÉSTICA
Se han repetido por años y cada vez que se produce la muerte de una víctima lo que perpetúa el problema.

La responsabilidad de la violencia doméstica y hasta la capacidad de cambiar el comportamiento del agresor, se le atribuyen a la víctima.
Canciones como “Mi Jaragual” de Ismael Rivera que hablan de la dicha de “ser el dueño de la finca y la mujer” y una crianza machista centrada en el cuál debe ser el rol correcto de cada parte en una relación de pareja, perpetúan la violencia de género y propician comentarios, mitos y prejuicios que no ayudan a entender y combatir este problema social y de salud.
Ese andamiaje errado y que trasciende generaciones tiene su raíz en la desigualdad que, a su vez, da pie a la violencia de género.
“La desigualdad surge también de todo un esquema de pensamiento social que considera que las mujeres pueden ser de una manera particular. Por ejemplo, hay gente que presume que las mujeres son perversas, mienten, son débiles y deben ser sumisas y obedientes. Así que cuando entramos al caso de la violencia doméstica y vemos casos de asesinato, se comienzan a levantar comentarios sobre quién es la culpable de la violencia y muchas veces nos damos cuenta que hasta la opinión pública considera que ‘ella es la culpable porque ella se lo buscó’ o ‘ella es la culpable porque no supo escoger pareja’ o ‘ella es culpable porque pidió una orden de protección”. “Eso nos lleva entonces a una serie de mitos que lo que hacen es que otras mujeres que están escuchando el caso y están viendo lo que está pasando, y están ellas mismas en una situación de violencia, se cohiban de buscar ayuda porque presumen que no van a ser escuchadas o no les van a creer. Perpetuando la violencia de género”.
La responsabilidad de la violencia doméstica y hasta la capacidad de cambiar el comportamiento del agresor, se le atribuyen a la víctima. A través de los años y por distintas vías, generalmente se le ha enseñado tanto a niñas como a niños.
“Las novelas, las canciones, las películas y los cuentos infantiles transmiten el mensaje que se les está diciendo a las niñas desde pequeñas que es si tú eres dulce, si eres buena, vas acabar con este hombre que es violento y agresivo. En nuestra cultura -por sus raíces judeocristianas y toda la carga que hemos recibido por siglos desde las religiones, la legislación- existe la idea esta de que el hombre es la cabeza del hogar y que puede disciplinar. Puede tomar decisiones y es dueño de todo lo que hay ahí (en la casa), incluyendo la vida de los niños y de la mujer. Así que cuando una mujer sufre un evento de violencia doméstica, todavía esa idea -que yo considero arcaica- primitiva- está latente y lo primero que dicen es ‘algo ella hizo’ o ‘ella se lo buscó.
A romper con los mitos sobre la violencia doméstica

La desigualdad es la raíz principal detrás del maltrato hacia las mujeres
Algunas madres le dicen a sus hijas ‘tu papá ha sido así (violento) toda la vida y mira seguimos juntos y ya llevamos tantos años de casados”. También se destinan tareas que son exclusivas para cada sexo, lo que profundiza o acentúa una crianza machista.
Igualmente, se educa y se dice que el matrimonio es para toda la vida, lo que choca con una posible separación en casos de violencia doméstica. 
Bajo ese marco cultural y educativo es que a muchas mujeres se les hace difícil detectar, adquirir conciencia y actuar al vivir en un patrón de violencia. “Hay todo un sistema que nos lleva a una idea de que los hombres deben ser abusivos, celosos, dominantes y las mujeres deben ser sumisas y perdonar todo lo que pasa. Cuando eso es todo lo que has aprendido y te encuentras en una relación, probablemente de primera intención no te vas a dar cuenta que es una relación de violencia”.
Es necesario por eso, desmitificar todos esos conceptos errados que por años se han tejido en torno a la violencia de género. 
“Los mitos mismos tienen una carga de violencia hacia las mujeres”.


¿Cuáles son algunos de esos mitos y cuál es la realidad?
1. Las mujeres víctimas de violencia doméstica se enamoran de hombres que son agresores, por ende, está en sus manos identificar a un agresor y salir de esa relación –Identificar a un agresor no es tarea fácil, requiere de educación y orientación correcta en el tema. Además, la mayoría de los agresores, de entrada, no muestran esa conducta en una relación de pareja. Es usualmente cuando ya hay una relación profunda o de años que se dan señales de la agresión. Por lo tanto, es complicado romper de inmediato con sentimientos, vínculos económicos existentes, relaciones paterno- filiales y el abandono de un lugar en el que se ha estado por años. “A veces ni siquiera es recomendable que recojas tus motetes y te vayas de la casa porque hay un asunto de legalidad. Tienes que hacer un proceso de preparación para esa salida, a menos que haya una amenaza inminente de muerte”.
2. La víctima de violencia doméstica es responsable de lo sucedido y es capaz de cambiar la conducta del agresor- Esto tiene una raíz machista. Los mismos agresores tienen la tendencia de culpabilizar a las víctimas y decir ‘tú me provocaste’. Esto forma parte de la relación de poder y control que se establece en estas relaciones disfuncionales. La realidad es que el agresor es el responsable de su conducta porque elige responder con agresión y violencia ante un conflicto. Es el agresor quien decide ejercer poder y control sobre otra persona.
3. La víctima está por debajo del agresor y por eso puede usar la violencia - Es el pensamiento que sustenta la psiquis de un agresor porque -por lo general- no mantiene un patrón abusivo con sus amigos, vecinos o compañeros de trabajo. Por eso, luego de una tragedia cuando entrevistan a los familiares o los vecinos se escucha decir ‘este señor no se mete con nadie, no rompe ni un plato, cómo puede ser que mató a la esposa’. Nadie puede creerlo.
4. La violencia de género es un asunto de pareja, privado – La violencia doméstica es un problema colectivo y de salud. Así lo ha reconocido la Organización Mundial de la Salud. “La gente dice que si uno se mete, uno queda en un lío. Eso todavía, a estas alturas, se dice. Esto no es un asunto privado. Es un asunto de todos. Lo que hace un agresor afecta a esa mujer, sus hijos, las familias, los vecinos, los que vieron el incidente, a los turistas que ven las portadas de los periódicos. Es un problema de todos”. 
5. La violencia doméstica es un problema de las mujeres de clase media y baja – La realidad es que es un problema que no distingue entre clases sociales. Este tipo de comentario lo que hace es polarizar el tema. Lo que sucede es que los casos que trascienden son los de estos estratos porque en las esferas altas y de poder adquisitivo, la violencia doméstica se maneja tras bastidores con sicólogos, abogados y otros profesionales. Además, acudir en busca de ayuda no es tan fácil y sobre todo cuando se encuentran escollos en la Policía o en el sistema judicial. Las entrevistadas dijeron que en ocasiones se le pregunta a la víctima ‘¿por qué te dio?’, ‘¿qué tu hiciste?’ o ‘¿vas a romper tu matrimonio?’. 




6. Las mujeres son las que educan a los agresores – Lamentablemente la educación que mayormente se le provee -tanto a niñas como a niños- es de corte machista-primitivo, así sin eufemismos. Cada persona es responsable de su conducta, decir lo contrario, es responsabilizar a terceros.
7. Las órdenes de protección deben impedir tragedias en casos de violencia doméstica – Las órdenes de protección son un elemento dentro de un plan de seguridad. Para que una orden de protección sea efectiva, tienen que tomarse unas medidas adicionales que no basta con mirar y tener la orden de protección. Hay que sentarse y crear un plan de seguridad. Para eso se requiere de ayuda de profesionales y expertos en el tema. La orden de protección no es lo único va a proteger a una víctima de su agresor. Se necesita de una red de apoyo que incluya al gobierno, la comunidad y las organizaciones que deben trabajar en la prevención y la intervención de la violencia doméstica. 

8. Las mujeres se inventan historias o usan la violencia doméstica para atacar a los hombres – Puede haber uno que otro caso de esta índole, pero no se puede generalizar. Además, existen herramientas para detectar -en una entrevista- cuando se miente. El problema es que muchas veces no se dan estas entrevistas previo a la emisión de una orden de protección o a la radicación de cargos porque nuestra sociedad no tiene todo el andamiaje para atender la violencia doméstica.
9. Desde que existen las órdenes de protección, hay más casos de violencia doméstica – No es que la creación contra la violencia doméstica provoque los casos, es que antes del estatuto no había el andamiaje legal para penalizar esta conducta. Además, a medida que más gente se va educando sobre indicadores y conductas que son violencia de género, más casos son identificados.
10. El agresor asesinó a su víctima porque pidió una orden de protección – Hay estadísticas que sostienen que cuando una víctima pide una orden de protección aumenta el nivel de violencia. Pero no fue una orden de protección lo que provocó el evento fatal. “Lo que pasa es que como la violencia se da un contexto de poder y control, cuando la parte agresora se ve que la otra está saliendo de su círculo de poder y control, que está rompiendo con esto, entonces llegan al extremo de pensar ‘antes de perderla, la mato’”. Y lamentablemente esa es una realidad.

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